Madagascar vive desde finales de septiembre una de sus mayores oleadas de protestas en los últimos años. Las movilizaciones comenzaron el 25 de septiembre en la capital del país, Antananarivo, y pronto se extendieron a otras ciudades. La chispa de las protestas, o la gota que colmó el vaso, fueron los cortes masivos de agua y electricidad (atribuidos a la compañía pública Jirama). Pero pronto cristalizaron en un malestar más profundo entre la ciudadanía: la carestía económica, el desempleo juvenil, las continuas denuncias de corrupción y el hartazgo contra una élite política a la que se percibe desconectada de la realidad.

en especial de la Generación Z, lo que encaja con movilizaciones recientes sucedidas en otros países, como Kenia y Nepal, donde también era esta generación quien llev

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