“En octubre somos boleta”, dijo, deshauciado, un alfil libertario de la primera hora. Era viernes a la noche y Javier Milei acababa de proclamar su respaldo definitivo a José Luis Espert después de recibirlo en la quinta de Olivos. Poco antes, en el comando de campaña libertario ya hablaban del difícil operativo para reimprimir las boletas con la cara de Karein Reinhard y comentaban que lo ideal era que la renuncia de Espert se concretara durante el fin de semana o, a más tardar, durante los primeros días de la semana hábil, para llegar a tiempo.
Ahora, primeras y segundas líneas del Gobierno están convencidas de que ganar la elección será una tarea aún más difícil de la -ya muy complicada- que enfrentaban hasta esta semana, cuando se probaron por distintas vías los denunciados víncu