El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, decretó el sábado 4 de octubre un nuevo estado de excepción en 10 de las veinticuatro provincias del país, al argumentar una situación de “grave conmoción interna” causada por las protestas indígenas contra el aumento del diésel, las cuales —según advirtió— “se han tornado violentas”.
La decisión "busca detener las situaciones de las medidas de hecho tomadas en las provincias de Pichincha, Cotopaxi, Tungurahua, Chimborazo, Bolívar, Cañar, Azuay, Orellana, Sucumbíos y Pastaza, así como su radicalización, que se ha observado ha sido progresiva, evitando así mayor afectación a la población ecuatoriana", reza el decreto ejecutivo emitido de noche por Noboa.
El mandatario aseguró que durante las "violentas manifestaciones" han sido agredidos policías y