La próxima mudanza de Kate Middleton y el príncipe Guillermo a Forest Lodge —una mansión de ocho habitaciones en el área de Windsor— venía pintada como un capítulo de ensueño: más verde, más calma, más familia.
Pero en los últimos días el aterrizaje se volvió áspero para el vecindario: el blindaje que rodea la propiedad encendió quejas y dejó a la comunidad dividida entre la comprensión y el fastidio. Según publicó The Sun , la lista de medidas incluye cámaras de CCTV especiales, vallas de gran tamaño y un proyecto de paisajismo pensado para mantener a los intrusos lo más lejos posible.
El cableado de seguridad ya se habría enterrado en la parte trasera del terreno y, como anticipa el plan, ciertos accesos públicos de Windsor Great Park quedaron cerrados, afectando a quienes us