
Las negociaciones para la aplicación efectiva del plan de paz para Gaza que patrocina el presidente de EEUU, Donald Trump, deberán empezar este lunes en Egipto entre las delegaciones de Hamás y de Israel en un contexto de alto el fuego más nominal que real, tras un fin de semana en que el ejército israelí ha seguido bombardeando la Franja pese a haber anunciado previamente un mínimo repliegue de su ofensiva sin cuartel. Solo durante la noche se redujo la intensidad de la ofensiva.
Trump empezó el domingo amenazando a Hamás en la CNN con la “aniquilación total” si no termina cediendo el control de Gaza, pero por la noche publicó un mensaje algo más conciliador en su red social, Truth. Celebró las “discusiones positivas” entre Hamás y los mediadores internacionales y anunció que las negociaciones continuarán este lunes, aunque avisó de que, de no prosperar, habrá un “derramamiento de sangre masivo”. Entre los primeros puntos de las conversaciones deberá estar la liberación de los rehenes israelíes.
“Me dicen que la primera fase [de las negociaciones] debería completarse esta semana, y pido a todos que VAYAN DEPRISA”, exhortó.
A pesar de que Trump instó el viernes a Israel a parar “de inmediato” los bombardeos sobre Gaza, después de que Hamás aceptara algunos puntos de su plan, el ejército israelí ha continuado los ataques aéreos y terrestres contra la Franja, así como sus operaciones militares en Ciudad de Gaza.
Durante el fin de semana, han sido asesinados 94 palestinos, según el recuento de las autoridades locales. El domingo, desde el kibutz Beeri, situado a poco más de 4 kilómetros de la frontera de Gaza, se escuchaban las explosiones de los ataques israelíes cada 20 o 30 minutos, tal y como comprobó elDiario.es.
Lo que queda del Gobierno controlado por Hamás ha contabilizado 131 ataques aéreos y de artillería entre el sábado y el domingo, concentrados en Ciudad de Gaza, donde el ejército emprendió una gran ofensiva a mediados de septiembre. El domingo, el jefe del Ejército israelí, Eyal Zamir, afirmó que “no hay un alto el fuego” en Gaza, pero “hay un cambio en el estado de las operaciones” de las tropas, según un comunicado oficial. “La operación no ha terminado, debemos mantenernos alerta y listos para el combate en todo momento”, aseguró.
El ejército israelí califica ahora sus bombardeos de “operaciones defensivas”, pero ha reconocido en una nota en X al menos tres ataques contra “células terroristas”.
Con este telón de fondo, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ordenó el domingo por la noche la salida de una delegación este lunes hacia Egipto encabezada por el ministro de Asuntos Estratégicos, Ron Dermer, para negociar el alto el fuego en Gaza. “La delegación partirá mañana hacia las negociaciones que se celebrarán en Sharm el-Sheikh, Egipto”, dijo la oficina del mandatario en un comunicado. Cabe esperar que en esta ocasión Israel no trate de asesinar a la delegación de Hamás, en contra de lo que ocurrió hace escasamente un mes en Catar .
El jefe negociador de Hamás, Jalil al Hayya, superviviente del atentado de Doha, llegó a El Cairo el domingo por la noche junto al resto de su equipo, según confirmó la organización en un comunicado. En la capital egipcia se reunirá primeramente con mediadores egipicios y cataríes, según AFP. Las delegaciones de Hamás e Israel serán recibidas en la ciudad de Sharm el Sheij, en la peninsula del Sinaí, según el ministerio de Exteriores egipcio.
En Egipto participarán también una delegación estadounidense encabezada por el enviado especial de Trump para Oriente Medio, Steve Witkoff, así como altos negociadores de Egipto y Catar, a fin de abordar los “mecanismos y detalles” para poner en marcha la primera fase de la propuesta del mandatario de EEUU, según una fuente de seguridad egipcia citada por EFE.
La fuente apuntó que en esas negociaciones “la delegación israelí entregará a los mediadores mapas de la primera fase de la retirada de sus tropas de Gaza”, lo que allanará el camino para la liberación de los rehenes.
El plan de 20 puntos del presidente republicano propone el fin inmediato de la guerra, la liberación de los rehenes de Hamás y la formación de un gobierno de transición para Gaza, supervisado por el mandatario estadounidense y el ex primer ministro británico Tony Blair.
La propuesta también contempla la desmilitarización de la Franja y la posibilidad de negociar en el futuro un Estado palestino, algo descartado, sin embargo, por el primer ministro israelí.