
En la Península Ibérica hay especies que, durante siglos, fueron percibidas como nativas. Sin embargo, un hallazgo reciente ha cambiado esa percepción al demostrar que los cangrejos de río no son originario de la región , sino que llegó de otro país hace cuatro siglos.
Lo sorprendente es que la prueba definitiva no salió de un análisis genético ni de una excavación, sino de un documento olvidado en un archivo histórico que permanecía sin examinar en profundidad hasta ahora.
Introducción del cangrejo de río italiano en España: la fecha histórica que lo confirma
Un estudio publicado en la revista Biological Conservation ha establecido con precisión que la especie Austropotamobius fulcisianus , procedente de Italia, se introdujo con éxito en España en 1588 .
El descubrimiento es resultado del trabajo conjunto entre Miguel Clavero , investigador de la Estación Biológica de Doñana (CSIC), y Alicia Sempere , de la Universidad de Murcia.
Según detalla el EBD-CSIC , durante el reinado de Felipe II se desarrolló un ambicioso plan de ajardinamiento de los Sitios Reales. El monarca, inspirado por lo que había visto en los Países Bajos, impulsó la construcción de estanques para poblarlos con especies exóticas, entre ellas los cangrejos de río .
Aunque existían abundantes referencias en el Archivo General de Simancas a las gestiones de la corte para conseguirlos , faltaba la prueba de que los animales hubieran llegado vivos a la península.
Felipe II y el recibo real que certificó la llegada del cangrejo de río en 1588
La pieza clave apareció en un documento que recoge un pago extraordinario : 300 ducados entregados por orden directa de Felipe II a Antonio de Ugnano, criado del Gran Duque Fernando I de Toscana.
Este había conseguido trasladar ejemplares vivos hasta Madrid en febrero de 1588, un hecho que marcó la introducción oficial de la especie.
El importe ilustra la importancia del logro: equivalía al salario anual de un médico o al valor de 75 cerdos, lo que demuestra el interés del monarca en disponer de estos crustáceos en sus estanques reales. El hallazgo completa así un rompecabezas histórico de más de dos décadas de intentos fallidos documentados desde 1563.
Paradójicamente, la pieza final no emergió de una búsqueda planificada, sino de una interacción en redes sociales . En diciembre de 2024, la Estación Biológica de Doñana difundió un documental sobre la historia del cangrejo de río.
Alicia Sempere, al ver una publicación relacionada, recordó un documento que mencionaba el envío de «gámbaros» desde Toscana y compartió la transcripción.
Al leerla, Miguel Clavero identificó la evidencia que confirmaba la llegada viva de los animales a España . Esa coincidencia dio lugar a una colaboración interdisciplinar que, según los autores, refleja la importancia de combinar la mirada histórica y la ecológica para entender cómo la actividad humana ha configurado la biodiversidad.
Implicaciones para la conservación del cangrejo de río y la biodiversidad en España
Clavero ha cuestionado la Estrategia para la conservación del cangrejo de río, aprobada en 2024 por el Ministerio para la Transición Ecológica. Según el investigador, se basa en la idea errónea de que el cangrejo de río italiano es nativo , cuando en realidad se trata de una especie introducida hace más de cuatro siglos.
Para el científico, esta confusión puede condicionar políticas de conservación y desviar recursos de manera injustificada.