Esta semana nuevamente tengo que abordar el problema de nuestro vital líquido. Y es que el acceso al agua potable en nuestra Venezuela ha alcanzado niveles críticos, convirtiéndose en un tema que trasciende la infraestructura y se adentra en la gestión eficiente y el compromiso político. Esta semana, nuevamente alzo la voz en nombre de cientos de miles de venezolanos que sufren las consecuencias del racionamiento de agua, especialmente en nuestro municipio Sucre, del estado Bolivariano de Miranda, donde comunidades enteras viven con la angustia de no saber cuándo volverán a tener acceso al vital líquido.

La situación es impresionante. En sectores de Petare, como La California Norte o el Cerrito, el agua solo llega dos veces por semana y por pocas horas. Parroquias como Filas de Mariche en

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