LOS ÁNGELES – Con el uniforme carcelario azul y naranja, y caminando con un paso lento y tambaleante, Ismael Zambada García ingresó a la sala de un tribunal federal de Nueva York en agosto pasado.
El que fuera el todopoderoso líder del Cártel de Sinaloa , conocido como el “jefe de jefes”, se sentó en el banquillo de los acusados y leyó una declaración en la que reconoció haber encabezado durante décadas esa organización criminal que traficó drogas a Estados Unidos.
“Desde 1980 hasta el año pasado, 2024, transporté y vendí al menos un millón y medio de kilogramos de cocaína, la mayoría de los cuales fueron a Estados Unidos”, dijo con voz pausada ante el juez.
Para la fiscal general de EE.UU., Pam Bondi, esta declaración de culpabilidad de Zambada García era una “victoria histórica