Decenas de personas se reunieron ayer al amanecer en el mismo lugar del sur de Israel donde dos años atrás, Hamás atacó el festival de música electrónica Nova y dejó 370 muertos. Las lágrimas fluyeron por los rostros de los presentes, mientras miraban los retratos de sus seres queridos tomados en bodas, vacaciones o bailando, muchos de ellos mostrando amplias sonrisas, pero con su año de nacimiento y de muerte en el pie de foto.

Dos jóvenes, que llegaron cuando aún era de noche al sitio cerca de Gaza, enrollaron porros mientras escuchaban tecno. A las 06:29 de la mañana, hora exacta en la que comenzó el ataque sin precedentes del movimiento islamista palestino el 7 de octubre de 2023, detuvieron el sonido para guardar un minuto de silencio.

“Nos fuimos diez y volvimos siete”, dijo Alon M

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