José se recupera poco a poco de sus heridas tras haber vivido como prisionero por culpa de don Pedro.

Cristina se queda toda la noche a su lado mientras José duerme en el dispensario y por la mañana él se lo agradece sin saber que la joven ya sabe que él es su padre biológico.

El hombre se queda muy sorprendido mientras, sin poder evitar las lágrimas, escucha el relato de su hija que le va contando desde cuando lo sabe y que también sabe que Irene es su madre biológica.

“Estuve a punto de decirte la verdad” , le dice a un José arrepentido y muy emocionado a Cristina.

La joven le agradece a su padre que siempre haya estado a su lado, aunque fuese desde la sombra de la portería de la casa en la que vivía con sus padres adoptivos de pequeña.

Padre e hija se abrazan protagonizan

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