La venganza de Donald Trump contra sus supuestos enemigos toma forma. Cuenta con la connivencia de un Departamento de Justicia (DOJ) rendido a su voluntad y la alarma entre la gran mayoría de los juristas.

James Comey, de 64 años, ex director del FBI, que renunció en el primer mandato de Trump, se declaró inocente en un tribunal de Virginia. Está acusado de un cargo de falso testimonio ante el Congreso y otro de obstrucción en relación con la investigación sobre el entonces presidente por la presunta interferencia rusa a su favor en la campaña del 2016.

El abogado del exjefe del FBI buscará que el caso se desestime por malicioso al venir de la ‘vendetta’ de Trump

Un gran jurado, donde solo se escucha a la fiscalía, imputó a Comey el mes pasado con un estrecho margen por esos dos cargos

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