La venta anónima de tarjetas SIM en México está por terminar. La presidenta Claudia Sheinbaum anunció durante la conferencia matutina del 7 de octubre de 2025, que su gobierno implementará lineamientos que obligarán a registrar cada chip telefónico con el nombre de su propietario , una medida que busca frenar las llamadas de extorsión y los fraudes que se cometen desde celulares imposibles de rastrear.

“Cuando compres un chip en una tienda de conveniencia tienes necesariamente que dar tu nombre. Si en un penal llegó un celular con un chip que no sabe de quién es y puede hacer una llamada de extorsión, pues ya no la va a poder hacer, porque todos los chips van a estar identificados con personas”

La mandataria explicó que esta política forma parte de un paquete de reformas legislativas que ya incluye la creación de una Ley General contra la Extorsión , aprobada tras una modificación constitucional. Esta norma permitirá que el delito se persiga de oficio, sin necesidad de que la víctima denuncie directamente, y dará mayores herramientas a las autoridades para intervenir comunicaciones relacionadas con fraudes o amenazas.

Además, Sheinbaum detalló que los lineamientos de registro serán responsabilidad de los nuevos comisionados de la Comisión Reguladora de Telecomunicaciones (CRT), organismo que coordinará la aplicación del sistema junto con las operadoras móviles del país. Una vez publicado el reglamento, ninguna tienda de conveniencia podrá vender chips sin identificar al comprador.

Adiós a los chips anónimos: el nuevo registro será obligatorio para todos

Como reportamos anteriormente en Xataka México , el plan del gobierno contempla que toda compra de chip requiera una identificación oficial con CURP, del mismo modo que ocurre al contratar un plan de telefonía . Las empresas como Telcel, AT&T, Movistar, Bait y Altán ya participan en una prueba piloto que arrancó el 1 de septiembre de 2025 bajo la supervisión de la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones (ATDT).

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En esta primera fase, solo las líneas nuevas adquiridas de forma presencial deben registrarse con CURP . Pero el programa se ampliará progresivamente hasta cubrir todas las líneas activas en el país. Según estimaciones, el registro obligatorio podría iniciar de manera definitiva a finales de 2025 y completarse antes de junio de 2026.

Los antecedentes: de los registros fallidos al nuevo intento digital

México ya ha intentado implementar medidas similares. En 2008 se creó el RENAUT , un registro de usuarios de telefonía móvil que terminó eliminado por fallas técnicas y filtraciones de datos . En 2021, el PANAUT fue declarado inconstitucional por la Suprema Corte debido a riesgos para la privacidad y falta de resultados concretos.

Esta vez, el gobierno asegura que el modelo es diferente, pues declaran que los datos personales no estarán en manos del Estado, sino bajo resguardo directo de las compañías telefónicas . Estas solo podrán entregarlos a las autoridades mediante orden judicial, con lo que se busca equilibrar seguridad y protección de datos.

Lo que se busca evitar: extorsiones, fraudes y clonación de SIM

Uno de los principales problemas que la medida pretende atacar son las llamadas de extorsión realizadas desde penales, donde los delincuentes cambian de chip constantemente para evitar ser rastreados . También se pretende reducir los casos de clonación de SIM y fraudes con líneas fantasma.

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Sin embargo, los expertos advierten que el control total podría ser difícil de lograr. Los grupos criminales podrían usar chips extranjeros, identidades falsas o registrar líneas a nombre de terceros para evadir la medida. Y si una línea vinculada a un ciudadano se usa para un delito, esa persona podría quedar bajo investigación hasta probar su inocencia.

Aunque el gobierno sostiene que esta política representa un “ paso decisivo ” en la lucha contra la extorsión, organizaciones de derechos digitales han manifestado preocupación. En palabras de la Red en Defensa de los Derechos Digitales (R3D), los registros masivos de telecomunicaciones “ pueden volverse un blanco atractivo para ciberataques o un mecanismo de vigilancia indebida ”.