TORONTO, Canadá.- Guillermo del Toro cumple 61 años sin grandes celebraciones, fiel a su carácter sencillo y reflexivo. “De los 60 para adelante, todo lo que cuelga es adorno”, bromea el cineasta tapatío, ganador de tres premios Óscar.
Promocionando su nueva película Frankenstein, recuerda a su padre, Federico del Toro, como la mayor influencia en su vida y disciplina: “Fue el jefe más difícil que tuve”. Tras el secuestro de su progenitor en 1998, dejó Guadalajara y estableció su vida entre Toronto y Los Ángeles.
Orgulloso padre de Mariana y Marisa, asegura que “la gente joven está aquí para salvarnos”. Autosuficiente, confiesa que no tiene asistente y disfruta hacer sus tareas cotidianas: “Yo lavo, aspiro, barro, saco la basura”.
En Frankenstein, ofrece una visión emocional del mito, e