
Los recibos de electricidad se han convertido en un motivo de inquietud para muchos hogares que observan cómo los importes suben sin que su consumo varíe. Las compañías energéticas aplican ajustes vinculados a factores ajenos al uso doméstico , y eso alimenta la sensación de desconcierto entre quienes deben reorganizar su presupuesto mensual.
Las subidas pueden explicarse por fenómenos que ocurren lejos de las viviendas , en grandes complejos tecnológicos que concentran una demanda de energía que ningún usuario particular puede controlar. Esa realidad, invisible para el consumidor medio, ha transformado el mapa energético de varios estados en Estados Unidos y ha derivado en una revisión general de tarifas.
Los centros de datos han alterado el equilibrio del sistema eléctrico estadounidense
Según la investigación de Bloomberg , el crecimiento de los centros de datos que alimentan la inteligencia artificial ha modificado el mercado eléctrico estadounidense. La expansión de estas instalaciones multiplica el consumo energético y altera la estructura de precios mayoristas , con incrementos que en algunas zonas alcanzan el 267% en un periodo de cinco años . Las consecuencias llegan a hogares y empresas de todo el país, que afrontan facturas históricas incluso en regiones alejadas de los nodos principales de conexión.
En el plano internacional, países como Japón, Malasia y Reino Unido viven procesos similares . Las previsiones de Aurora Energy Research indican que la demanda asociada a complejos tecnológicos podría elevar un 9% los precios en Reino Unido para 2040. Estas tendencias sugieren que la transformación digital afecta a redes eléctricas de todo el mundo y redefine las prioridades de inversión en infraestructura.
Las consecuencias locales en Estados Unidos son cada vez más visibles. En Hillsboro, un suburbio de Portland con 15 centros de datos, los precios residenciales han subido por encima de las tarifas industriales . Baltimore experimenta un incremento del 80% en las facturas domésticas desde 2022, según el testimonio de Kevin Stanley, un vecino que depende de ayudas por discapacidad. En Virginia y Maryland, la expansión de Data Center Alley actúa como polo de atracción energética que repercute en zonas vecinas .
El análisis de Grid Status y DC Byte , citado por Bloomberg , muestra que el 70% de los puntos de la red con aumentos de precios se ubican a menos de 80 kilómetros de áreas con alta densidad de centros de datos . El diseño interconectado de la red eléctrica estadounidense hace que los incrementos en un punto se trasladen a regiones enteras , una dinámica que complica el control de costes para millones de usuarios. Los puntos de Precio Marginal Local, responsables de calcular las tarifas en tiempo real, reflejan los picos más pronunciados justo en las zonas donde más energía consumen estas instalaciones.
Las grandes tecnológicas invierten miles de millones para sostener su apetito energético
El impacto económico se extiende a escala empresarial . Nvidia anunció una inversión de 100.000 millones de dólares para respaldar la infraestructura de OpenAI. Microsoft firmó un acuerdo plurianual con Nebius Group por cerca de 20.000 millones de dólares, mientras que Oracle colabora con OpenAI para desarrollar capacidad energética suficiente para millones de hogares estadounidenses. Bloomberg estima que el c onsumo derivado de los centros de datos podría duplicarse para 2035 y representar casi el 9% de la demanda nacional total.
Las autoridades buscan soluciones que equilibren innovación tecnológica y coste social. En Maryland, la Oficina de Asesoría Ciudadana recibe más solicitudes de ayuda para pagar facturas. El estado de Oregón aprobó la Ley POWER, que obliga a grandes consumidores como centros de datos y explotaciones de criptomonedas a cubrir una mayor parte del gasto en infraestructura eléctrica.
En Data Center Alley , Dominion Energy calcula que la demanda máxima puede crecer un 75% hasta 2039 , mientras que Calvin Butler, director ejecutivo de Exelon, afirma que su empresa aplica medidas para contener el impacto, aunque la magnitud del fenómeno supera su capacidad de gestión .
El modelo estadounidense anticipa problemas que ya surgen en otras economías avanzadas . Las infraestructuras digitales, convertidas en pieza esencial del desarrollo tecnológico, transforman el modo en que se reparte el coste de la energía. El problema parece haber llegado para quedarse, con la paradoja de que cuanto más inteligente se vuelve la tecnología, más caro resulta mantenerla encendida .