Tiene razón la presidenta de la República cuando afirma que los argumentos de la iniciativa privada en el sentido de que los impuestos a las bebidas azucaradas no tienen nada de saludables, y que ponen en riesgo a miles de “changarros” en todo el país, no son del todo ciertos.

«Sí, pero no, no tienen sustento . Las bebidas azucaradas se venden en el último rincón del país y nuestro objetivo es que se consuma menos”, les respondió la primera mandataria, quien insistió en que “el exceso de consumo de bebidas azucaradas está demostrado científicamente que provoca daños a la salud «.

El argumento de los empresarios, tanto de Vicente Gutiérrez Camposeco de la Canaco de la Ciudad de México, como el de Patricio Caso, de Concamin (quien habló en nombre de Coca-Cola), rayan en la estulticia

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