La administración Trump sigue desafiando órdenes judiciales que le prohíben desplegar a la Guardia Nacional en Chicago y en Portland, dos ciudades lideradas por demócratas que, según el presidente, están fuera de control.

Un grupo de unos 200 guardias nacionales de Texas arribó a una instalación de entrenamiento cerca de Chicago, aunque luego la jueza federal April M. Perry, emitió una orden para impedir el despliegue argumentando que no hay pruebas de que haya riesgo de una “rebelión”, como alega el Departamento de Justicia.

“No he encontrado ninguna evidencia creíble de que exista peligro de rebelión en el estado de Illinois”, afirmó la jueza.

El presidente dice que necesita guardias nacionales para combatir la criminalidad y para apoyar y proteger a ICE durante la detención de indo

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