El aire en México comienza a teñirse de un color naranja intenso y a saturarse de un aroma inconfundible: la flor de cempasúchil ha llegado, anunciando la proximidad del Día de Muertos . Durante generaciones, sus vibrantes pétalos han servido como un camino lumínico para guiar a las ánimas en su visita anual al mundo de los vivos.

Sin embargo, en un giro contemporáneo que entrelaza la innovación culinaria con la herencia cultural, esta flor sagrada ha trascendido su rol decorativo para incorporarse a la gastronomía , culminando en una propuesta tan sorprendente como deliciosa: el atole de cempasúchil. Esta bebida transforma la esencia misma de la festividad en una experiencia sensorial completa.

La flor que guía a los vivos y a los muertos

Para comprender la relevancia de esta inn

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