SAVANNAH, Ga. (WSAV) — No todos los días se recibe una noticia que te cambia la vida, una noticia que detiene el tiempo y te aprieta el corazón.
Era mi primer año como estudiante universitaria cuando mis padres decidieron visitarme un fin de semana. Los recuerdos que tengo de esa visita son borrosos, excepto por el momento en el que mis padres se sentaron en mi habitación y la frase, "tenemos noticias" salió de la boca de mi madre.
Por alguna razón, algo en mi intuía cuales serían las próximas palabras que escucharía: en un examen médico, mi madre había recibido la noticia que tenía cáncer de mamas. Mi primer pensamiento fue ponerme en la situación hipotética de qué haría yo si mi madre perdiera la batalla contra el cáncer. Sin darme cuenta, lagrimas comenzaron a deslizar por mis mejilla