Las comparaciones son odiosas, al menos para mí. Una cosa es que un juego tenga reminiscencia a otro una vez que lo jugamos, y otra muy distinta es vender el juego comparándolo con otros exponentes. Entiendo la búsqueda, entiendo también la necesidad y hasta entiendo la comparación como parte de una forma de destacar ciertas virtudes. Lo que me enamoró de SOPA – Tale of the Stolen Potato no es su “parecido” con el estilo de Pixar , sino su estilo único y particular. La forma en la que supieron -justamente- diferenciarse.
Por eso mismo, lo mejor que tiene este título es esa forma sutil de no parecerse a nada y, desde ese lugar, sin pretensiones que vayan más allá de su propia escala, cautivar al jugador con una historia llena de fantasía y creatividad, alrededor de una emoción tan terr