En la nueva economía global, los intangibles ya no son un concepto abstracto: son el motor real de la competitividad. Hoy, entre todos ellos, la confianza digital emerge como la pieza clave que definirá quién gana y quién pierde en la relocalización de cadenas de valor hacia México.

El desarrollo del nearshoring coloca al país en una coyuntura histórica. Las condiciones geográficas y los costos competitivos de manufactura son ventajas claras, pero el verdadero factor que determinará la atracción de inversiones de alto nivel será la capacidad de ofrecer un entorno digital seguro, transparente y confiable. La competitividad ya no depende únicamente de producir más rápido o más barato, sino de transmitir certeza en cada interacción tecnológica.

Del “hecho en México” al “confiado en México”

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