CNN —
En la Plaza de los Rehenes de Tel Aviv, Donald Trump reina con autoridad. Pancartas que proclaman “Amamos a Trump” ofrecen un efusivo agradecimiento al presidente de Estados Unidos. Para las familias de los rehenes israelíes secuestrados por Hamas en Gaza, y las multitudes que apoyaron su lucha durante dos años, la narrativa es clara: con el inminente regreso de los rehenes, Trump entregó lo que Benjamin Netanyahu no quiso.
O no pudo.
Durante meses, la acusación contra el primer ministro de Israel ha sido constante. Las familias de los rehenes y los opositores políticos de Netanyahu creen que prolongó la guerra en Gaza para su supervivencia política. La campaña militar apaciguó a sus socios de coalición de extrema derecha, quienes pedían expandir el asalto de Israel sobre Gaza y