Coyunturas como la elección de autoridades y de legisladores en la vida política de cualquier país pueden convertirse en una saludable ocasión para reflexionar en torno al bien común de la patria y de la participación cívica de cada uno de los ciudadanos. Para no adoptar un enfoque meramente individualista habría que agregar una palabra sobre la participación familiar en esta materia. Nos hemos acostumbrado tanto al sufragio individual que hemos perdido de vista que el hombre es un ser social por naturaleza y, por lo tanto, familiar. Ocuparse del sufragio de este tipo exigiría otra nota.

La realidad natural de la vida social humana implica un requisito básico a fin de que ella sea fructífera: la coherencia entre la esfera individual y comunitaria del mismo hombre . Dado que la concienci

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