Espantado por el triunfo peronista en Buenos Aires; por las sucesivas derrotas parlamentarias y el fantasma de un juicio político por no aplicar leyes sancionadas e insistidas contra sus vetos y, además, por consejo de la Casa Blanca, Javier Milei retomó el diálogo político. Mientras él se sentaba con Mauricio Macri, en su nombre se llamó a los gobernadores.
Primero el jefe de gabinete Guillermo Franos y el ministro del Interior Lisandro Catalán trabajaron con los amigos Leandro Zdero (Chaco), Rogelio Frigerio (Entre Ríos) y Alfredo Cornejo (Mendoza) más algunos exdialoguistas.
Después, por gestión del asesor Santiago Caputo, los que integran Provincias Unidas y los jefes de partidos provinciales como los de Misiones, Salta y la Patagonia.
El resultado se constató en la madrugada del ju