Guadalajara, la ciudad de los mariachis, que, en su famosa canción epónima huele a limpio, a rosa temprana - ahora es tierra de narcocorridos, baladas cuya letra ensalza las supuestas hazañas de los sanguinarios capos de los carteles de droga.
En los llamados corridos tumbados -los estridentes trombones y trompetas, ahora sobrepuestos a ritmos electrónicos, más sexuales, de reguetón y trap-, artistas como el jalisciense Peso Pluma rinden homenaje a los narcos como Joaquín el Chapo Guzmán y su mundo de violencia y ostentación .
“Aquí mando yo, carros deportivos en mi colección, mínimas bazookas y kalashnikov” canta el ya muy de moda Peso Pluma en Belicón: un homenaje al Chapo .
S iempre pendiente retrata sin nombrarlo al hijo del Chapo, uno de los llamados chapitos , la nuev