El Barcelona ha detectado un peligro de egos en su vestuario , pero si hay un jugador que prioriza a sus compañeros, huye del protagonismo y que sólo piensa en sumar ese es Wojciech Szczesny. No es un futbolista al uso. No lo fue nunca. A los 35 años, acepta su rol secundario en el equipo y trabaja y se esfuerza para hacer mejores a sus compañeros. Pero la humildad, que no está reñida con la ambición, le ha acompañado a lo largo de
Szczesny, el antiego

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