Después del esplendor del Barroco, la música europea sintió la necesidad de respirar: de hallar orden, equilibrio y claridad.
Así nació el Clasicismo, el estilo musical del siglo XVIII que acompañó al espíritu de la Ilustración. En él, la emoción se vuelve razonada, la forma se vuelve transparente, y la belleza aparece en su estado más natural.
Este recorrido propone 14 fragmentos esenciales: desde la reforma operática de Gluck hasta la fuerza casi romántica de Beethoven, con un toque español final de Boccherini.
Los precursores: Gluck y la ópera reformada
2. Gluck – Che farò senza Euridice: Janet Baker
Haydn, el arquitecto
3. Haydn Sinfonía n.º 94 “Sorpresa” – II movimiento (Andante) Termikanov
4. Sinfonía n.º 104 “Londres” – IV movimiento: Harnoncourt
5. Cuarteto de cuerdas op. 7