El líder de la oposición había lanzado algunas acusaciones y planteado una pregunta, en una más de las feroces sesiones parlamentarias de control al Gobierno. El presidente, risueño durante todo el trance, se puso en pie, levantó el micrófono de su escaño y, esquivando el decoro propio de la Cámara, se limitó a despreciar a su oponente con un «Ánimo, Alberto». ¿A quién le importan los informes de la UCO?

Moncloa, como en ocasiones anteriores, contrarrestó el contenido de esas investigaciones con una relectura autoexculpatoria, dirigida en exclusiva a su grey, deseosa de disponer de un argumentario con el que insultarse con el enemigo en las redes sociales. Es el manual trumpista. La verdad no importa. Es indiferente si la UCO no dice en sus 300 páginas de informe que el PSOE esté libre de

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