Hay momentos en la historia en los que una decisión marca el rumbo de su futuro. En La Gomera, ese momento llegó cuando decidimos que nuestra energía —la que da vida a nuestras casas, a nuestras empresas, a nuestro día a día — debía partir de la fuerza del viento que nos acompaña y la luz del sol que nos alumbra.

No se trata solo de producir electricidad; se trata de demostrar que un territorio pequeño puede ser grande en ambición y ejemplo, haciendo que la transformación energética que hemos emprendido no solo sea una declaración de principios.

En este viaje hacia la sostenibilidad, la reciente puesta en marcha de la primera central fotovoltaica con almacenamiento energético de la isla representa un paso decisivo. Promovida por el Cabildo, junto al Instituto Tecnológico de Canarias (ITC

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