La diplomática mexicana Gabriela Ramos, quien aspiraba a dirigir la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), cargo para el que fue elegido recientemente el egipcio Khaled El-Enany, renunció a su candidatura días antes de la elección para ponderar la unidad, aunque también reconoció que los tiempos y condiciones internacionales hacían inviable una contienda equilibrada.
En entrevista, Ramos explicó que la decisión -acordada junto con la Cancillería- buscó evitar una división dentro del organismo y contribuir a su estabilidad en un momento particularmente complejo para el sistema multilateral.
Por otro lado, dijo: "Los tiempos no nos dieron".
"Nos lanzamos en abril, como indican las reglas, pero el candidato egipcio había declarado su candid