Patrick Mahomes volvió a poner orden en la NFL. Con 257 yardas aéreas y tres pases de anotació n, el quarterback que parecía en declive devolvió a los Chiefs a la conversación de los grandes. La victoria 30-17 sobre los Lions no sÓlo fue un golpe sobre la mesa. Fue una advertencia de que la dinastía sigue con vida.
Durante la semana se había instalado la sospecha de que el brillo de Mahomes comenzaba a opacarse. La derrota ante Jacksonville y un arranque irregular habían despertado murmullos sobre el fin de la hegemonía. Frente a un rival que muchos veían como candidato al Super Bowl, el quarterback respondió con la precisión de los tiempos gloriosos. Sin pérdidas de balón, con la mirada de quien ha visto el trono tambalearse.
El guion del juego pareció diseñado para ponerlo a p