El presidente de la Generalitat de Cataluña, Salvador Illa, ha pedido a  Pedro Sánchez que pise el acelerador y ponga en marcha la financiación singular para Cataluña y, en especial, la capacidad plena del gobierno catalán para recaudar el total del IRPF en su territorio. No es la primera vez que Illa lo hace, pero en esta ocasión le urge más si cabe. El mensaje que le traslada a Sánchez es que ERC no va a apoyar ni los Presupuestos Generales del Estado ni los de la comunidad autónoma si el Gobierno no mueve ficha antes de finales de este año, según advierten fuentes del PSC.

Por su parte, fuentes de ERC aseguran que «a Illa se lo hemos podido decir más alto, pero no más claro: no hay Presupuestos, ni para él, ni para Sánchez, ni tampoco complicidades». Esta semana, concretamente durante la celebración del debate de política general, el mensaje le llegó en forma de derrota parlamentaria al presidente catalán, ya que sus socios de Comuns y ERC, tumbaron su propuesta estrella: la construcción de 210.000 nuevas viviendas.

La cuestión es que, si bien a Illa le urge tomar medidas para avanzar en la financiación singular de Cataluña y mantener a sus socios de gobierno (ERC y Comuns) tranquilos en el «oasis catalán», para la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero , constituye todo un problema meterse en esa negociación en este momento, máxime cuando conceder esa financiación singular que anhelan buena parte de los partidos catalanes, se entiende en Andalucía – y en buena parte de España-  como un privilegio para Cataluña que va en detrimento del resto de comunidades autónomas que están en el régimen común.

Hasta el momento, María Jesús Montero no ha iniciado esos trámites, más allá de anuncios verbales y desmentidos sobre que esa financiación singular vaya en detrimento de ninguna otra comunidad autónoma. Pero, como bien sabe su jefe de filas en el PSOE y en el Gobierno, Pedro Sánchez, enviar como candidata del PSOE a Montero, después de promover esa medida, a petición de los partidos catalanes, la coloca a los pies de los caballos para muchos de sus potenciales votantes andaluces y le da una auténtica baza electoral al actual presidente de Andalucía y rival de Montero, Juan Manuel Moreno Bonilla, quien lleva ya meses pidiendo explicaciones a la vicepresidenta, sin que ella se las dé, ni haga tampoco movimiento alguno para iniciar el proceso de «independencia fiscal».

Las fuentes del PSC consultadas aseguran que Illa exige que se pongan ya manos a la obra, porque sus socios de ERC le han trasladado su hartazgo y su desconfianza en las buenas palabras. Quizás por eso, recientemente, ERC ha presentado por escrito una propuesta de resolución, votada al término del debate de política general en el Parlament, que recoge «la necesidad de que el Congreso de los Diputados impulse las modificaciones legislativas que deben permitir la habilitación de la Generalitat para recaudar el IRPF antes de finalizar el año». Illa, con todo el PSC detrás, votó a favor de la medida y ahora sus socios de investidura le exigen que cumpla lo pactado en su investidura y ahora ya votado en el Parlamento catalán.

Gestion del 100% del IRPF para Illa

ERC también presentó en su día en el Congreso una iniciativa en la misma línea, para que Cataluña controle la totalidad del IRPF recaudado en el territorio catalán. Se trata de una Proposición de Ley que está a la espera de ser tramitada en la Cámara Baja y que los de Oriol Junqueras quieren impulsar a toda costa en este periodo de sesiones, antes de las navidades.

Advertido Illa por sus socios de ERC de que «empezamos a hartarnos: si no hay financiación singular no habrá Presupuestos ni allí (en Madrid) ni aquí (en Cataluña)» está presionando a Sánchez para que cumpla y se aceleren los trámites, para permitir la recaudación de la totalidad del  IRPF por parte de la administración catalana.

Sin embargo, la iniciativa de ERC implica modificaciones de la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas (LOFCA) y eso requeriría la mayoría absoluta de la Cámara para poder prosperar. Para ello, tendrían que apoyarla también los 7 diputados de Junts y contar con el beneplácito de Podemos, algo que no es nada fácil de conseguir para el Gobierno y el Grupo Socialista, vistos los revolcones parlamentarios que se lleva con frecuencia en el Congreso.