La araña conocida como Número 16 formaba parte de un experimento biológico junto con otros congéneres iniciado en la Reserva North Bungulla (Australia) en el año 1974 y terminó revelándose como la araña más longeva hasta ahora conocida, al alcanzar la prodigiosa edad de 43 años . Este récord pulveriza el anterior conocido en este grupo de animales, que era de 28 años.
Las arañas participantes en este experimento iban siendo monitorizadas todos los años, pues se trataba de una prueba a largo plazo, que duró varias décadas . Este ensayo, además de demostrar la necesidad urgente de preservar determinadas especies de arácnidos, reveló algo que no estaba previsto, y es la considerable longevidad que pueden alcanzar, superior a lo que se había supuesto.
La araña Número 16 pertenecía a la