Ante la ola de lluvias que asolaron a la Ciudad de México, la jefa capitalina de gobierno Clara Brugada encontró una explicación lógica pero auto incriminatoria: fallaron los pronósticos . Sin embargo, los pronósticos carecen de capacidad y dinámica propias, y en consecuencia fallaron los pronosticadores .
Lo ocurrido con las lluvias en las últimas horas por la presencia de ciclones y huracanes probó las fallas: los pronósticos carecieron de referentes en la realidad y todo estaría indicando que nadie ha recalibrado los métodos para establecer pronósticos realistas y de seguridad del tiempo.
El asunto no sería demasiado importante si no fuera por el hecho irrebatible de que los desastres naturales forman parte sustancial de la evaluación de la seguridad nacional de una Re