En la oposición mexicana hace tiempo se dejó de hablar de alianzas o rupturas; ahora solo se habla de supervivencia .

Los partidos que alguna vez se repartieron el poder hoy se reparten los restos. Y en este escenario, el rol de cada organismo parece muy claro: el PAN busca una nueva piel, Movimiento Ciudadano tantea el terreno y el PRI… simplemente intenta no desaparecer. Pero todo indica que esa caída ya no es un riesgo, sino un hecho a punto de consumarse .

Desde la debacle electoral de 2018, el PRI logró mantenerse en pie gracias al PAN, aunque el partido azul también sobrevivió de la mano del tricolor. No hubo jamás una afinidad ideológica, sino una mera necesidad compartida. Aunque el asunto viene de más atrás: desde 2015, cuando Morena irrumpió como nueva mayoría y obligó a la

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