Adultos mayores como era la vida antes, cuando las calles eran pocas y las familias conocidas

Cuando Tulancingo aún no tenía el tamaño ni el ritmo actual, las calles eran pocas y las familias, casi todas conocidas entre sí. Así lo recuerda Martín Díaz, de 86 años de edad, quien ha vivido toda su vida en el centro del municipio. Desde su casa en la calle Ocampo ha visto transformarse la ciudad que, según relata, en su juventud apenas llegaba hasta la calle 21 de Marzo, Galeana y algunas viviendas dispersas por Independencia.

Más allá de esas zonas, dice, solo había el estadio que no tenía bardas, vías del tren, vagones estacionados y tierras con magueyes. “Era muy tranquilo, todos nos conocíamos, la familia que vive en tal calle, el hijo de tal. Se podía caminar sin preocupación. Desde e

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