El asesinato de la activista evidenció la doble violencia que enfrentan las mujeres en el estado: la de sus agresores y la de un sistema que las abandona. Su historia reabre el debate sobre el narcofeminicidio, en un contexto donde la impunidad borra el género de las víctimas

Culiacán, Sin.- “Me van a matar porque nadie hace nada.” Eso escribió Mary Patiño, activista por los derechos de los animales en Culiacán, días antes de ser asesinada. Lo dijo con rabia, cansancio y una especie de certeza que solo tienen quienes han pedido ayuda demasiadas veces. Su abogada y amiga, Priscila Salas, la acompañó en cada intento por denunciar a su agresor. “Habíamos ido varias veces a la Fiscalía, conseguimos citas con el vicefiscal, con todo mundo. Ella insistía, documentaba, no se cansaba. Pero las om

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