Las letras del vallenato son como un paisaje, que te ofrece varios elementos en su composición, por eso algunos autores se inclinan por las montañas del desamor, otros por los árboles de la conquista, unos más que prefieren los ríos del costumbrismo, otros por las aves de la alegría y algunos más por narrar el suelo de la tradición, como consignando la historia a futuras generaciones. Pero Fernando Dangond Castro es, si se quiere, el paisaje completo y esto obedece a que su estilo al momento de escribir no se encasilla en una sola tendencia, puesto que en su haber tiene obras para el amor, para la conquista, la amistad y la parranda, por ejemplo.

«No me acaricies más, por qué me das amor cuando te doy tristezas. Llegó la noche ya y en la penumbra sufro por tus manos tiernas», escribió Fer

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