Suele decirse que las festividades decretadas en el calendario laboral, sin que lleven nominanción alguna, son días de mero trámite, sin nada que celebrar. Quizá lo sea así, jornadas para las que no suelen ser programados actos oficiales ni tampoco litúrgicos o de otro tipo. Si bien, en el caso de que la climatología acompañe, como hoy en la capital soriana, las calles del centro se ven anegadas por paseantes que, sin ningún compromiso con su trabajo y ni tampoco con citas de interés para pasar el día, -salvo el mercado medieval que cierra precisamente hoy-, disfrutan de un tiempo de asueto, acortando una semana de trabajo a cuatro días. Día de trámite, en resumen, para dejarlo pasar con tranquilidad.
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Soria
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