Al cabo de las primeras cinco fechas del torneo, Almirante Brown ya había usado a diez defensores del plantel. Todo un síntoma de que algo no andaba bien. El recambio no solo fue por rendimientos deportivos sino porque las lesiones musculares estuvieron a la orden del día. Tanto fue el descalabro que Máximo Levi llegó al club un jueves y terminó siendo titular 72 horas después.

En ese contexto alborotado, con el lastre de una pretemporada que, a juzgar por la exhibición física de los jugadores, dejó mucho que desear, el Mirasol nunca terminó de “entrar” en la competencia. A esto se le sumó, quizás por causalidad, un bajísimo nivel de los refuerzos . Especialmente de aquellos que ya conocían la camiseta aurinegra como Juan Manuel Vázquez, Jonathan Zacaría, Nazareno Bazán y J

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