Los bancos colocados en la isleta de la avenida de Portugal con la avenida de Italia y la Carretera de Ledesma se encuentra repleto de excrementos de pájaros.

Los paseantes de esta zona no encuentran sitio donde descansar o reposar para emprender camino, pero los que más sienten -en el más amplio sentido de la palabra- la presencia de las deposiciones de los pájaros son los propios vecinos. Y, es por partida doble: no se pueden sentar y el olor por las mañanas, con la humedad nocturna, de las defecaciones reviven de manera nauseabunda. Sin pensar que por la tarde con el calor, la suciedad sigue su descomposición.

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