La medición de la línea de pobreza que realiza el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) revela que, en septiembre, el gasto mensual por persona necesario para adquirir una canasta alimentaria básica alcanzó los dos mil 454 pesos en zonas urbanas y mil 850 pesos en zonas rurales.

Al comparar estos costos con los de agosto, la línea de pobreza extrema (canasta alimentaria) sufrió un aumento significativo: 4.7 por ciento en el ámbito urbano y 3.6 en el rural.

Sin embargo, la medición del INEGI se extiende más allá de la canasta alimentaria. El instituto indica que, durante agosto, cada persona necesitó al mes, en la zona urbana, cuatro mil 740 pesos para cubrir gastos de alimentos y no alimentos (educación, transporte, servicios, etc.), recurso mínimo para sobrevivir

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