Rocío Hernández, duranguense y madre de cuatro hijos, fue diagnosticada hace cinco años con cáncer hormonal en etapa 1, por lo que debió emprender una batalla contra la enfermedad para recuperarse. Su mayor temor era dejar solos a sus hijos.
Ahora da testimonio de que el cáncer se puede vencer, pues es curable cuando se detecta a tiempo, además de que siempre hay motivos para luchar; en su caso, su familia.
“Es curable, yo soy una prueba de que tiene cura (...) estoy de pie gracias a Dios”, expresó Hernández.
Lo que les puedo decir a todas las mujeres es que, con un tratamiento oportuno, se puede vencer al cáncer. El miedo no debe paralizarnos, hay que acercarse a realizar los estudios.
Comentó que su mayor temor era morir y dejar a sus pequeños solos, porque nadie vela por l