En la política peruana siempre hemos visto caraduras, pero pocos de un nivel tan elevado como el mostrado por el dueño de Alianza para el Progreso (APP), César Acuña, el hombre que sirvió de escudero a Dina Bolaurte, con la que cogobernó, y a la que ahora que ya no está en el poder ni le es útil, critica como el más encarnizado rival político.
Pero la gente no es tonta, y sabe que Acuña ha sido aliado de Boluarte, solo hasta el momento en que vio que otras agrupaciones políticas en el Congreso le jalaban la alfombra, y ya no tenía sentido permanecer al lado de un cadáver político que no tenía ninguna salvación tras la balacera en un concierto de Agua Marina, en Chorrillos.
Pero no solo eso. Acuña ha tenido el desparpajo de cuestionar a Boluarte por su evidente fracaso en la lucha contra