Tijuana, 13 de octubre.- Ante la prevalencia de los discursos de odio hacia mujeres y la presión social de cumplir con el rol de masculinidad –ser el proveedor, fuerte, viril, que no expresa emociones–, muchos jóvenes ejercen la violencia hacia sus pares al no tener una regulación emocional y, aunque ésta no necesariamente se gesta dentro de las universidades, sí se reproduce en las aulas en acciones cotidianas del alumnado, señaló la académica Celia Arteaga Conde, de la Universidad Iberoamericana.
La coordinadora del doctorado en estudios críticos de género de la Ibero explicó que las instituciones académicas no son centros aislados de la cotidianidad, por lo cual se ven reflejados en ellos ciertos grados de violencia, porque “también se reproducen jerarquías que pueden o no profundizar