Salvar vidas” es -y debe seguir siendo- la primera línea de cualquier emergencia. Pero si la frase se convierte en eslogan que todo lo justifica, corremos el riesgo de ocultar lo que viene después: reconstrucción, acompañamiento y aprendizaje. La erupción de Cumbre Vieja en La Palma dejó una verdad incómoda: no basta con evacuar; hay que preparar, proteger y reparar con la misma intensidad. Esa es la columna vertebral de las trece propuestas que planteo como fotógrafo y testigo directo de la catástrofe, para que Canarias no repita sus errores.
La primera familia de medidas apunta a la prevención ciudadana. No hablamos de asustar, sino de informar. Si vivimos sobre islas volcánicas, el comprador de una vivienda debería recibir por escrito, en notaría o registro, la información objetiva de