Una tensa situación se vive en la planta de Renault en Córdoba desde el jueves pasado, cuando desde la administración empezaron a llamar a trabajadores a los que se les fue anunciando que quedaban sin trabajo. El número de salidas llegó a 300 personas. Los trabajadores denuncian que son despidos encubiertos ya que en administración se les hizo elegir entre un despido o un acuerdo con algún tipo de beneficio económico precisamente para que no figuren como despidos.
La empresa da otra versión: admite el número de 300 personas pero dice que todas se fueron "con acuerdos" al estilo de un retiro voluntario. Atribuyen la decisión al final de la producción de la Nissan Frontier, que arrastra también a la Renault Alaskan. A eso se suma un reordenamiento de producción que va a achicar el abani