El Comité Nobel de la Paz no premia al fuerte o estridente, sino a quien reduce la violencia y une adversarios. Por eso resulta insostenible afirmar que Donald Trump merecía ese galardón: su estilo de gobierno, que privilegia la coerción, el armamentismo y la división interna, contradice los principios fundacionales del premio creado por Alfred Nobel —fraternidad entre naciones y reducción de conflictos—. La paz no se edifica con amenazas comerciales ni con retórica de “paz a través de la fuerza”; se construye con confianza, reglas y respeto al disenso.
El Comité reconoció el viernes pasado a María Corina Machado por su “trabajo incansable promoviendo derechos democráticos para el pueblo de Venezuela y por su lucha por una transición justa y pacífica de la dictadura a la democracia”. Es l