El edil demostró que no solo sabe repartir llaves políticas, sino también mantener el ritmo en el cuadrilátero del ejercicio.
No es la primera vez que Galicia entra al ring de ese centro. Ya antes había asistido a clases de karate, y hasta se aventó al quite en los trabajos de pintura y rehabilitación de las instalaciones.
Los vecinos lo vieron brocha en mano, dejando claro que no le teme al sudor ni a las caídas, sobre todo si es por mejorar las condiciones de su comunidad.
Durante la jornada, la maestra Rosa —una verdadera técnica del bienestar físico— dirigió la función con energía y entusiasmo, marcando cada movimiento con precisión de campeonato.
Los asistentes respondieron con alegría, haciendo de la sesión una auténtica batalla contra el sedentarismo y el mal humor.
En su mensa