Este año, todo cambió. Desde que llegan por la mañana, los estudiantes en las escuela de NY deben entregar sus teléfonos, que permanecen guardados hasta la hora de salida. La adaptación ha sido sorprendentemente rápida. Los estudiantes vuelven a conversar entre ellos tras implementarse la nueva ley estatal.
Redacción LTH
Melanie Sepúlveda, profesora de inglés en Staten Island, observaba con escepticismo la llegada del nuevo año escolar. La prohibición total de teléfonos celulares le generaba dudas razonables. Durante años había visto a sus estudiantes caminar por los pasillos de la escuela intermedia I.S. 27 Anning S. Prall, con la mirada fija en sus pantallas, desconectados del mundo real que los rodeaba.
Un cambio inesperado
De pronto, tras la aplicación de la nueva ley, todo cambió,