Al menos este año podemos decir con absoluta certeza que el premio Nobel de Literatura, así como el de la Paz, otorgados a László Krasznahorkai y a María Corina Machado, respectivamente, son ante todo dos galardones bien merecidos. Y se puede afirmar, además, que los dos aluden a la valentía; dos formas distintas de valentía, es claro, pero que remiten igualmente a la integridad de los ganadores.

En el primer caso, para enfrentar de forma pacífica, efectivamente, a una dictadura infame y criminal, que ha castigado al pueblo venezolano desde hace años. Y en el segundo, porque el escritor húngaro ha tenido la entereza de defender el arte literario revelándonos su más profundo sentido crítico frente a las atrocidades del totalitarismo y, ahora, del populismo autoritario que padece Hungría.

See Full Page